Mientras no sepamos lo que perdemos espiritualmente, seguiremos tratando de ganar materialmente.
Inicio » EL RETORNO A LAS FUENTES
(Ed. Rueda, Madrid 1993)
La cobertura de este libro es una pintura al óleo sobre tela del autor.
En este ensayo el autor nos invita a explorar su metódica búsqueda interior, consistente en una interrelación ascendente entre el equilibrio psíquico y las exigencias morales, ejercicio que lo lleva a esclarecer el fenómeno religioso.
«Propone un nuevo uso del intelecto, en el que, apurando al máximo su área de actuación, conduce paradójicamente a la conciencia a sus propios límites, dejando así preparado el terreno a otras formas de conocimiento más intuitivas, más directas, más empáticas y reivindicadoras de los aspectos subjetivos».
«Necesitamos un nuevo paradigma. Afortunadamente cada vez son más los pensadores, tanto en Occidente como en Oriente, que consciente o inconscientemente están dirigiendo sus reflexiones hacia la creación de un nuevo paradigma.» «En este marco se desarrolla la presente obra de Julio Ozán Lavoisier. Su conocimiento del pensamiento occidental y oriental, la circunstancia de su retiro voluntario a las cumbres nevadas de las Alpujarras, unidos a sus incisivas y tenaces reflexiones, hacen de él un observador privilegiado de la crisis del mundo moderno. Su honesto y natural deseo de compartir con nosotros la búsqueda y el descubrimiento de eso que hemos olvidado por el camino, ha dado como fruto esta obra.» «Estas y otras muchas cuestiones, tan interesantes o más, son planteadas en esta obra de forma rigurosa, vehemente a veces, con la vehemencia propia de alguien que ve cómo el fuego se extiende rápidamente por todas partes, y aspira a evitar con sus medios que nuestra preciosa existencia humana quede devastada.» Según versa el prólogo a cargo del maestro Dokusho Villalba, presidente de la Comunidad Budista Soto Zen de España. Este ensayo, escrito espontánea y sintéticamente, bosqueja la obra posterior del filósofo.
¿ Qué es el Retorno a las Fuentes? Es el redescubrimiento de nuestra propia Naturaleza, de nosotros mismos, del aspecto más esencial de nuestra vida y de la Vida toda; es la recuperación de un punto de vista primigenio que nos permite ver las cosas desde su Esencia y en su esencia, perspectiva que por ello he llamado esencial. Dicha esencia se hace patente e impregna todas las cosas de Belleza, las hace luminosas, literalmente maravillosas. Es la Fuente de todo arte, religión y filosofía verdaderos, es, en verdad, lo Creativo mismo. Es la recuperación de un tiempo que sentimos hemos perdido y que por consecuencia añoramos. Pero este tiempo, que nos parece debemos buscar en el pasado más remoto, se halla en nuestro presente, al que podemos percibir sólo si logramos que el tiempo se detenga. Es, pues, lo Inmutable desde el cual emana el Tiempo. Es el Vacío en las cosas y entre las cosas, pues llena todo el espacio. Es la ordenación de nuestra mente de la que se sucede su integración. Pero esta ordenación e integración es total, es universal, de modo que la mente se hace Una con la Conciencia universal, es la Fuente de inspiración de toda moral verdaderamente objetiva. Es el Bien mismo que nos inclina a hacer el bien; es el Orden que nos impele a ordenar. Todo lo dicho implica una Trascendencia; las Fuentes son lo Trascendente. (De una conferencia posterior)
PRIMERA PARTE: Búsqueda y encuentro
SEGUNDA PARTE: Reconocimiento y conocimiento
TERCERA PARTE: Moral y religión
CUARTA PARTE: Acción y conclusión
Epílogo
Máximas y paradojas